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Libertad.

  Libertad Últimamente estoy esclarecedor, últimamente me doy cuenta de las cosas, aunque las dejo pasar. Dejar ser y ser, y entender que es el respeto hacia eso, que no todos somos iguales y que no puedo medir la vida ajena con mi propia vara de medir mis cosas, el como entiendo la vida y como la siento. Los niños que han nacido en la guerra no tienen los mismos valores que los que nacieron en la paz, y nadie es capaz de juzgar eso, pues la justicia es De Dios y las leyes de la humanidad, y son cosas muy diferentes.  El amor es lo que nos hace iguales, nos hace indefensos, idiotas y niños. Por eso, creo, que intento que solamente eso, el amor, sea el motor de mi vida. En casa, en la convivencia con personas a las que hacer familia, a las que intentar, porque sé que ellos lo hacen por mi, tener una vida más fácil; en el trabajo, donde puedo intentar fomentar una hermandad que va más allá de la mesa 32, en las que nos apoyamos, nos escuchamos y dejamos pasar las cagadas ajenas;...

Labios, copas y tricomas. Cap1 - En aleman

  Das Handy klingelte, es war Dany. – Jonh, Bruder, wie geht’s dir? Ich wollte dir sagen… kannst du in eine Kneipe kommen, die „El mal querer“ heißt? Sie ist am Stadtrand. Ich weiß, es ist spät, Alter, aber es ist wichtig. – Es ist wirklich spät, ich lieg hier faul in meiner Wohnung rum, aber wenn du sagst, es ist wichtig und du brauchst mich, dann komm ich. – sagte ich im Scherz. Ich hatte sowieso Lust rauszugehen. – Ich bin gleich unterwegs. Hast du die anderen angerufen? Wo genau ist die Kneipe? – Ja, ich hab sie angerufen. Mike und Karl meinten, sie kommen, die hängen eh zusammen rum. Die anderen hatten keine Zeit. Die Kneipe ist direkt beim Folk-Park, du weißt schon, am Stadtrand, Richtung Rennbahn. Mike wusste gleich, wo das ist, ich dachte, du auch. – Alles klar, ich fahr da rum, bis ich sie finde, kein Stress. Ich zog meine neuen weißen „Asics Gel“-Sneaker an, frisierte mich nicht mal, ging runter auf die Straße und suchte mein Auto. Kein Luxus, ein silberner Citroën ...

Ideario.

  Me gusta una vida rodeada de campo donde pueda ir de leñas para alimentar mi chimenea. Me gusta estudiar, leer, porque desde muy joven quise enriquecer el hoy con el conocimiento del ayer. Me gusta la vida que llevo ahora porque es buena para ir envejeciendo y servir a los míos con alguna eficacia. No me gustan las prisas, las chapuzas y las política del hecho consumado. Detesto el victimismo, la explicación simplificadora, las mujeres coquetas y al que cifra su ambición en mandar sobre otros. Me dan lástima quienes odian la vida tal cual es, reclamando volver al paraíso o ingresar en un cielo. Desconfío de los que confunden sus privadas melancolías con estados generales del mundo. Con la ternura soy ambivalente. Es la médula de mis huesos aunque corta como una navaja con su nostalgia.

Idas y vueltas.

 Lo duro no es volver a irse. Lo duro es irte sabiendo qué, irremediablemente, vas a dejar parte de tu corazón detrás. Que dejas a tu familia, a tus amigos y a las personas con las que compartes pequeños momentos del día a día. Y es que te vas pensando en volver. Y es que en la vida nunca dejas de volver a volver, ni de irte.  Vuelvo hacía donde me fui y cuando me fui la última vez crecí mucho, tal vez por irme pensando en volver. Al irme no solo conocí a personas impresionantes y viví momentos increíbles en un lugar de ensueño, al menos para mi, si no que logré conocerme más a mi mismo de lo que habría podido imaginar. Me marché con la vida rota y volví sabiendo que eso es parte de la propia vida, que te rompe en pedazos pero que siempre dependió de mi el no darme por vencido, el no tener miedos, entre ellos a vivir. Que depende de mí mi manera de amar, tanto a los demás como a mi mismo. Al irme busqué romper con ciertos pactos, viejas defensas, muros, miedos autoimpuestos, y...

Labios, copas y tricomas. Cap_11

  11.-   Me paralicé por segunda vez en esa noche, mientras veía cómo Karl y Dan salían por la puerta de mi piso en pos de Mike. Un Mike que cuando salió por la puerta no parecía que tuviera intención de volver, ni siquiera de echar la vista atrás. Yo solamente escuchaba sonidos que parecían lejanos, se me estaba subiendo todo el alcohol que había bebido en la Mansión o tal vez me estuviera dando un ataque de ansiedad al pensar que la chica a la cual estaba violando Jim fuera Helen y ni siquiera me había dado cuenta cuando la tuve enfrente.   Podríamos haberla salvado, fuera quien fuese la chica del desván. Ahora mismo querría haberla salvado.   La voz de Lys a través del teléfono me saco del aturdimiento.- Jonh, ¿Estás ahí? Dime algo, por favor. Necesito que vengas. - Se notaba que ella también estaba al borde de un ataque de ansiedad.   -¿Sigues en la playa de la Mansión?- Conseguí decir arrastrando las palabras. Definitivamente el alcohol estaba hac...