Libertad.

 Libertad

Últimamente estoy esclarecedor, últimamente me doy cuenta de las cosas, aunque las dejo pasar. Dejar ser y ser, y entender que es el respeto hacia eso, que no todos somos iguales y que no puedo medir la vida ajena con mi propia vara de medir mis cosas, el como entiendo la vida y como la siento. Los niños que han nacido en la guerra no tienen los mismos valores que los que nacieron en la paz, y nadie es capaz de juzgar eso, pues la justicia es De Dios y las leyes de la humanidad, y son cosas muy diferentes. 


El amor es lo que nos hace iguales, nos hace indefensos, idiotas y niños. Por eso, creo, que intento que solamente eso, el amor, sea el motor de mi vida. En casa, en la convivencia con personas a las que hacer familia, a las que intentar, porque sé que ellos lo hacen por mi, tener una vida más fácil; en el trabajo, donde puedo intentar fomentar una hermandad que va más allá de la mesa 32, en las que nos apoyamos, nos escuchamos y dejamos pasar las cagadas ajenas; con los amigos ver hermanos, personas que son diferentes entre ellas y conmigo, que tienen sus sueños, sus luchas, sus anhelos y sus angustias, y que poco puedo hacer con ellos si no ser, o intentar, un ejemplo de mantener la poca cordura que se puede tener en este mundo y amarles desde la admiración. 


Intento ser libre, pero ya no tanto por mi. Soy un pirata, pero no por quemar ciudades, no por la libertad de hacer lo que me plazca o llegar donde nunca nadie llegó, sino por la libertad que da hacer libres al resto de las cosas que no son importantes, que no son problemas, que no tienen que ver nada con nuestra vida, que solo son circunstancias que tenemos que aceptar. Para mí es eso ser un pirata, estar al margen de los problemas, saber diferenciarlos. Como diría una gran amiga, los problemas son los que tienen solución, si no tienen solución solo son algo que debes aceptar. Y si, las cosas nos pueden gustar más o menos, las acciones de los demás que no llegamos a entender, el estado actual del mundo, la puta y jodida economía o que el presidente sea un hijo de puta. Eso no son problemas, son cosas que debemos aceptar. 


La respuesta, como casi siempre, es entregar la vida, intentar hacer de este mundo, no más justo y pacífico, más humano, amoroso y respetable, y que cada cual luche por lo suyo porque si algo podemos hacer es amar, nosotros, sin pedirle al mundo que nos admire por ello o que sea como nosotros convirtiendo eso en una competición absurda. Amar, amarse, ser uno mismo con la verdad, vivir en la verdad. Eso nos hace libres. 

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