Ideario.

 Me gusta una vida rodeada de campo donde pueda ir de leñas para alimentar mi chimenea.

Me gusta estudiar, leer, porque desde muy joven quise enriquecer el hoy con el conocimiento del ayer.


Me gusta la vida que llevo ahora porque es buena para ir envejeciendo y servir a los míos con alguna eficacia.


No me gustan las prisas, las chapuzas y las política del hecho consumado.


Detesto el victimismo, la explicación simplificadora, las mujeres coquetas y al que cifra su ambición en mandar sobre otros.


Me dan lástima quienes odian la vida tal cual es, reclamando volver al paraíso o ingresar en un cielo.


Desconfío de los que confunden sus privadas melancolías con estados generales del mundo.


Con la ternura soy ambivalente. Es la médula de mis huesos aunque corta como una navaja con su nostalgia.

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