Labios, copas y tricomas. Cap_9


9.-





Al escuchar ese sonido se me paralizaron las piernas y tampoco podía hablar, era cómo si hubiera perdido el control sobre mi cuerpo. Dan y Karl parecían estar igual que yo pues ni se movieron ni dijeron nada.

-¿Dónde cojones estabas pedazo de mierda?- Le preguntó Jim al jambo que acaba de llegar. Yo di por supuesto en aquel momento que el tipo que nos apuntaba aun metro detrás nuestro seria un tipo de guarda espaldas o algo por el estilo. Jim, mientras se subía los pantalones, se dio la vuelta y nos miro, o al menos eso parecía en aquella oscuridad.

-Lo siento, es que me habían avisado de que había un merequetengue en el salón principal, unos pinches cabrones han iniciado una pelea que ha terminado en una especie de batalla campal.- Contesto con acento mexicano, seguramente era uno de los que estaba en el hipódromo. - ¿Les doy chumbimba ha estos, Jimbo?

De repente, desde el final del pasillo del tercer piso, se escuchó una voz gritando.-Noo, espera un segundo.- La persona que había gritado se estaba acercando rápidamente, o eso podía notar yo por el ruido de sus pasos. Al tío que nos apuntaba no le dio tiempo a reaccionar cuando el otro le pego con una barra de metal, lo cuál pude reconocer por el sonido, en la cabeza.

- ¿Eres tú Mike?- Dijo Karl, con la voz un poco temblorosa. Nos giramos los tres, Dan, Karl y yo, y en la penumbra reconocimos su sonrisa, la cuál parecía aliviada.

-¿Que cojones haces Mike? ¿Qué significa todo esto?- Preguntó Jim, que todavía no nos había reconocido.- Esos tres no pueden salir de aquí indemnes y lo sabes, aunque no pasaría nada porque nadie les va a creer, igual que a esta zorra.- Dijo mientras la volvió a pegar un guantazo. Jim estaba demostrando ser del tipo de personas que disfrutan humillando a otras, haciendo saber al resto del mundo que bailan a su son y, quizá, fuese porque lo habían educado para eso, para que el mundo bailara a su son.

-No te has dado cuenta de quienes son, ¿verdad? Yo me haré cargo de ellos, no te preocupes y sigue a lo tuyo, Jimbo. -Dijo Mike, que ya se le había quitado la sonrisa. Y nos saco de allí sin siquiera dejar responder a Jim. Lo que si hizo fue cerrar la puerta y tirar la barra de metal en una de las habitaciones vacías de aquella planta. Fue, tramo a tramo de las escaleras, cómo si le persiguiera el diablo. No nos pregunto nada, tampoco nos dijo nada de ninguna otra cosa. Ni nos miró. Aunque nosotros tampoco le dijimos ni preguntamos nada a él, era cómo si estuviéramos esperando una señal para hacerlo, pero no llegaba.

Nos condujo fuera de la mansión, de la que salia mucha gente ya, bastantes de ellos con moratones o sangrando, y cogió un camino que llevaba hacia la playa, pero yo me planté en medio de aquel camino, porque no podía más.- Mike, ¿no nos vas a explicar lo que acaba de pasar ahí arriba?-

Se pararon todos. Mike no era capaz de mirarme, por mucho que yo le buscará los ojos. Estaba a punto de cogerle de la cara para que me mirase fijamente y hacerle responderme cuándo el que me respondió fue Karl.- Creo que podemos dejarlo para otro momento, John. ¿Sabes dónde esta el resto, Mike?-

Sí.- Fue lo único que dijo, todavía sin mirarnos a la cara a ninguno de los tres, y siguió andando hacia la playa. Nosotros le seguíamos en silencio, supuse que todos pensábamos en lo mismo, y que Dan no debía entender nada de lo que acaba de pasar. Yo todavía tenia algo de miedo en el cuerpo, era la primera vez que me apuntaban con una pistola, y pensé en cómo Mike no se había quedado paralizado cómo nosotros. Quizá también fue por miedo que Mike le había reventado la cabeza al mexicano, el mismo miedo que nos había paralizado a nosotros tres a él lo había llevado a eso.

Seguimos a Mike a unos metros de distancia hasta que vimos al resto del grupo. Estaban sentados en unas dunas un poco alejadas de la orilla de la playa. Al principio no los vimos bien, pero cuando llegamos a su lado vimos que Logan y Paul tenían sangre, ya seca, en las fosas nasales y Cortés un ojo que se le estaba empezando a poner morado. El único que estaba casi intacto era Tony, que sólo tenía los nudillos de las manos hinchados.

-¿Pero que os ha pasado chavales? ¿Una manada de rinocerontes por encima o algo así?- Les preguntó Dan empezando a reírse.

-Que va, el payaso de Paul, que la ha liado pero bien, te juro que yo ya no veía ni quien me pegaba ni a quien pegaba yo, pero me han caído por todos lados y le metido a todo lo que se movía. Por lo menos conservo todos los putos dientes, que si no te daba una paliza, subnormal.- Dijo Cortés, bastante cabreado la verdad. - Y lo peor de todo es que no se ni porque me estaban pegando ni yo a ellos, sólo sé que ha habido un momento de locura que te cagas hasta que han llegado los de seguridad, que flipo con que haya tipos de seguridad en una fiesta así de.. rara.

- Vale, ¿que ha liado Paul?- Pregunté yo ya riéndome al escuchar cómo Cortes era capaz de responder a todo menos a lo que había preguntado Dan, que se le notaba más tranquilo, cómo si gracias a estar todos juntos le hubiera devuelto la calma.

-Pues tío, un jambo que se estaba pasando con una chavala y yo, no sé si ha sido por el alcohol, me he creído un héroe y querido ayudarla, pero nada, eran novios y el tío se ha creído que quería levantársela, que sí pero no. Claro, se me ha ido la pinza cuándo me ha gritado y cómo llevaba una gorra se la he cogido y la mandado a tomar por culo para que se le perdiera. Ahí me he llevado la ostia que casi me rompe la nariz y después no sé que ha pasado que se estaba peleando todo el mundo.- Dijo Paul, mientras seguía limpiándose las narices ensangretadas.

- Yo lo que os puedo decir es que creo que todo ha sido culpa de la gorra. Ha sido cómo un efecto avalancha. La gorra ha tirado un par de copas, lo cuál ha llevado a algún malentendido entre borrachos y la movida ha pasado de grupo a grupo a ostias. Yo a uno le he reventado un vaso en la cara, el muy subnormal me ha tirado un par antes, eh, no me miréis con esa cara.- Dijo Tony poniendo un poco de luz sobre el tema.

-Yo estoy reventado, ¿nos vamos a nuestras putas casas ya o qué? Que yo si que he perdido un diente, ¿por cierto, donde estabais vosotros cuatro mientras tanto? Porque nos hubierais venido de puta madre para controlar al subnormal de Paul.- El pobre de Logan se había llevado la peor parte. Ahora que lo veía mejor ya que mis ojos se habían acostumbrado a la poca luz que se proyectaba en la Luna vi que tenia el labio superior bastante hinchado.

-Fumando la pipa de la paz, hermanito.- Dijo Karl.-¿Por lo menos habrás encontrado el diente para que te lo vuelvan a poner, no?

Creo que me lo he tragado.- Le contestó Logan.- Si quieres miro en mi mierda.

Con una risa general, menos del propio Logan que le dolía demasiado la boca, dimos por zanjado el tema, sin responder a la pregunta de Logan, y nos pusimos en marcha hacia los coches.

Mike seguía sin decir palabra, asique me acerqué a él.

-Siento lo de antes, no tenía que haberme puesto así pero sabes que necesito saber que es lo que cojones ha pasado, y Karl y Dan también deberían saberlo.- Le dije, al final sin consolarlo tanto cómo me hubiera gustado.

-No te preocupes, os lo explicaré, pero ahora mismo no dejo de pensar en si habré matado a José con ese golpe en la cabeza..- Me contestó Mike y me di cuenta de que le temblaban las manos.- Por cierto, ya se que estuvisteis en el hipódromo. No deberíais haber llevado a Paul si queríais que no me enterase, me ha preguntado en la mansión si la tía que me tire en el hipódromo estaba buena y que si se la presentaba. Habéis hecho bien en no contarle nada de lo que creo que visteis esa noche.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Libertad.

LABIOS, COPAS y TRICOMAS. PRIMERA PARTE.

Ideario.