Labios, copas y tricomas. Cap_7


7.-




Al día siguiente, cuando sonó el despertador, me quedé bien a gusto en la cama, aunque despierto dándole vueltas otra vez a quién podría estar detrás de aquellas fotos y también a porque procedía así de raro al mandarme esas fotos. Me levanté y recordé, al verla, que se habían cargado la puerta del baño la noche anterior. Habían arrancado la puerta del marco partiendo las bisagras. “Hay que ser animales..” Pensé colocándola de pie en el pasillo y fui a la cocina, pero antes eché un vistazo al salón por si Dan había vuelto, cosa que no fue así.

Después de desayunar, me puse serio con la puta casa y limpié a fondo todo. Tardé hora y media y saqué mierda cómo si fuera de un piso patera en el que viven dieciséis, pero valió la pena el esfuerzo. El piso, excepto por la puerta del baño, la cuál puse en el balcón, estaba cómo nuevo. Daba gusto. Tras esa gran gestión, que me motivo para el resto del día, llamé a Karl.- Que pasa hijo puta, ¿que andas haciendo?¿Estudiando?- Dije rápidamente tras que Karl contestase la llamada. - Pues justamente lo estaba dejando por hoy, que he estado toda la mañana. Te iba a llamar en un rato para ver que hacías tú también, ¿que tienes pensado hacer?- Contestó Karl entre lo que me parecieron bostezos. - Pues estaba pensando pasar el día en la playa, en el puesto de “pedal boats” en el que curra Sam, así lo vemos alguna vez.- Y tras decir esto la puerta del piso se abrió y apareció Dan, al cuál yo le había dejado un juego de las llaves.- Quedamos allí, ¿vale? Te tengo que colgar colega, que voy a tener una pequeña charla con Dan.- Le dije, medio en broma medio en serio. - Vale, John, nos vemos allí, me gusta el plan. No le des mucho la brasa a Dan, eh. - Y dicho eso, Karl me colgó. Dan, que se me había quedando mirando tras decirle a Karl por teléfono que tenía que charlar con él, estaba esperando sentado en el sofá, tal vez pensando en una explicación para lo de la puerta. Le eché una buena bronca pero, aunque hubo quejas y gritos por ambas partes, las cosas terminaron bien entre Dan y yo pues, cuando nos tranquilizamos los dos, me contó que había conseguido curro gracias a que a la chica de anoche la habían despedido por faltar hoy al trabajo, cosa que me dijo que él había planeado porque sabia que en su curro querían una razón para poder echarla asique se la ligó y la llevó de juerga toda la noche para que al día siguiente no fuera a currar y así quedarse con su curro. Después de eso me dijo que tenia un poco de razón, y eso es mucho pedirle a Dan, que iba ha arreglar la puerta y a centrarse un poco en su vida. No podías cabrearte con aquel chaval lleno de buenas intenciones, aún sabiendo que la mayoría de las veces sólo se quedaba en eso, buenas intenciones. No le dí la enhorabuena precisamente por eso, ya se la daría si lo veía cumplir. Lo que si le dije es que viniera a la playa, para celebrarlo pero prefirió quedarse en casa descansando porque llevaba tres días de juerga encima. Tras la negativa, me fui a preparar la mochila, me puse el bañador y me fui a por el coche.

Sam tenía su puesto en la playa de “CakeCoast”, costa que le daba al pueblo que había crecido a lo largo de la playa, cómo “SugarCoast”. Cuándo llegué y me bajé del coche, anduve por la playa buscando el puesto de los “pedal boats” porque no me acordaba bien en que parte de la larga playa estaba. Pensé en que, Sam, se debía de hacer oro un día cómo ese, pues la playa estaba a rebosar de personas de todo tipo y cuándo llegue a su puesto lo comprobé pues no tenía ninguna barca disponible. Él estaba ya con Karl, que me había sorprendido llegando antes que yo.-.. pues si tío, todo muy raro, vamos, yo no lo vi, fue John.- Alcancé a escuchar antes de que me vieran llegar, pues estaban de cara al mar, - ¿Qué? Ya has tenido que abrir la bocaza, ¿no, Karl?- Dije mosqueado y mirando a Sam le dije también.- Espero que tú no seas igual de bocazas, Sam.- Karl se molestó por aquel comentario y me increpó.- Tú si que deberías callarte antes de decir nada, Sam ya conocé los trapos sucios de Jim y Richar, y por cierto, Richar está allí.- Dijo señalando a una de las barcas a pedales que estaban en el mar.- Es verdad, John, hace tiempo que conozco a esa gente y no deberías involucraros con ellos, tenéis que sacar a Mike de ahí o va ha acabar mal, muy mal. Esa gente no tiene escrúpulos, chavales, he conocido gente que me han contado cosas muy chungas. Esos dos chavales controlan los bajos fondos de esta puta isla amparados por el padre de Jim, que es aún más mafias que ellos. - Dijo Sam. La verdad es que no había pensado en que Sam podía ser de mucha ayuda a la hora de darnos información pues, literalmente, casi todos en aquella isla habíamos montado alguna vez en sus barcas pedalizadas, cómo las llamábamos nosotros. Karl había vuelto a ser el frío calculador que era al contárselo. Sam siguió hablando.- ¿Tenéis alguna idea de porque Mike iba a querer meterse en eso? Porque por mucho que lo parezca, el chaval no es nada tonto, tiene que tener una razón con el suficiente peso cómo para haber hecho esto, vamos, si sigue siendo el Mike que conozco. Además, pensad en su hermano Tómas, Mike no creo que haya hecho algo sin pensar en él antes. - Karl, que miraba ahora a Richar, en la lejanía también habló.- Tienes razón, tenemos que averiguar la motivación de Mike si no sólo vamos a dar palos de ciego. La cuestión es cómo hacer para que hable él y nos lo cuente sin necesidad de tener que decirle que lo sabemos de ante mano. Y creo que ya se cómo.- Karl nos contó su plan, y Sam y yo nos quedamos maravillados con su idea.- Eres muy grande Karl. De acuerdo, el lunes lo haremos, que yo también me apunto.- Dijo Sam, que parecía divertirle más que asustarle todo aquello. - Me parece un buen plan, pero tenemos que estar al loro, alguien nos está siguiendo, por lo menos a mí, mirad.- Y, sacando de la mochila, les enseñé las fotos mientras les contaba cómo habían llegado a mis manos. - Asique nos siguen desde hace tiempo.- Dijo Karl que se había dado cuenta del detalle de que me las habían dejado en le buzón de Helen y continuó. - Aunque, pensándolo mejor, puede que no nos sigan a nosotros, si no a Mike. Si lo piensas, John, sólo salimos en las fotos de aquella noche y tú, junto con Mike, aquella mañana. Si no hubiéramos seguido a Mike aquella noche estás fotos no existirían, asique quién hiciera las fotos ya estaba vigilando el hipódromo aquella noche. Y en la siguiente foto, en la que sales tú junto a Mike está un poco más claro porque sale él directamente. Además Mike estuvo la noche en la que conociste a Helen, ¿no? Y hemos descubierto que seguir a alguien no están difícil, así que pudo haber seguido a Helen y descubrir donde vive. Ahí lo tienes, es a Mike a quién siguen y te han mandado estás fotos para meterte miedo. Me puedo imaginar que dentro de poco el que está siguiendo a Mike se pondrá en contacto contigo para que le cuentes lo que viste aquella noche. - Sam y yo nos quedamos boquiabiertos ante tal análisis y Karl, sin mirarnos siquiera, siguió hablando mientras repasaba las fotos, una y otra vez, buscando algo que no hubiera visto en ellas ya.- Creo que puede que sea del gobierno estadounidense y, creo también, porque les debía dinero aquel hombre, Tom.- Pero antes de que pudiera continuar Sam le cortó. - Si quieres te lo digo yo. No os diré quien.- Dijo Sam envolviendo así lo que iba a decir con un toque más misterioso.- Pero ya os he dicho que me han contado cosas muy chungas de Jim y Richar, pues bien, Richar es un hombre del cartel de más grande de México, el cartel de Sinaloa. Se dice que está aquí para asegurarse que las drogas y las putas que llegan de México lleguen a Estados Unidos, y que las armas estadounidenses lleguen a México. También he escuchado que se quedan su parte de las drogas para venderlas aquí, así que Tom seria uno de sus camellos.- Y cuando termin de decir esto,yo añadí una cosa más. - Y tienen comprada a la policia de la Isla. Lo sé porque Jim le pidió a Mike que se llevará a Tom a un puerto, creo que el de “Candycoast”, y que si le paraba la policía dijera que iba de su parte.- Tras decir esto, Karl me dio un codazo en las costillas.- ¿Qué coño haces tío? Me has hecho daño..- Dije un poco cabreado por el dolor en el costado.- Calla joder, que viene, disimula, ríete.- Dijo y empezó a reírse. Lo acaba de entender, se acercaba Richar, que iba con una chica rubia al lado. Ella no parecía muy contenta mientras que Richar, al verme, nos saludo desde lejos. Yo le devolví el saludo, pues era el único que lo conocía de los tres. Caí en que Karl no lo había visto en su vida y había sabido quien era, pero supuse que Sam se lo habría dicho. -Y ese tío es un narco, es para flipar, pero si tendrá nuestra edad, igual que Jim. Para flipar, de verdad. - Dije yo, diciendo en alto lo que pensaba.- Bueno, en México la vida es diferente, muy diferente. Y Jimbo, es un niño rico con afanes de gánster, aunque nunca me hubiera imaginado que fuera pegando tiros por ahí.- Me explicó Sam. - Jimbo se ha criado a la sombra de su padre y ya sabéis que los políticos son los verdaderos mafiosos. Asique es lógico que haya acabado así, de tal palo tan astilla.- Y se fue a por la barca que Richar y la chica que iba con él habían dejado en la playa para meterla un poco más tierra a dentro.

Después de eso no volvimos a hablar mucho más sobre el tema, excepto algún comentario que otro, e intentamos disfrutar del buen día que hacía. Karl y yo extendimos nuesttras toallas al lado del justamente al lado del puesto de Sam y nos fuimos a pegar el primer chapuzón en el mar, que estaba repleto de gente, algunos en la orilla, haciendo todo tipos de cosas, desde enterrarse o hacer castillos en la arena, los más pequeños, hasta partidos de voleibol bastante intentos, jugados por los típicos tíos petados y bronceados que se exhibían mientras jugaban, pasando por grupos de chavales que se perseguían unos a otros tirándose bolas barro de la orilla mientras molestaban a todo resto del mundo. Había gente haciendo de todo, igual que un poco mar adentro con surferos, hábiles y no tanto, y personas a lo suyo mientras nadaban un poco o jugaban con la típica pelota de plástico de colores. Nos dimos un breve baño, aunque intenso porque intentamos ahogarnos el uno al otro un par de veces, y hubo una en él casi lo consigue de verdad, y volvimos a nuestras toallas.Yo había traído bastantes cervezas en la mochila y también un par de gramos de marihuana, Karl trajo básicamente lo mismo, mientras que Sam prefería no beber mientras trabajaba pero a las 8, cuándo se pusiera el sol y recogiera todo, porque básicamente no quedaría nadie en la playa, excepto gente bebiendo ya que era Viernes, dijo que nos daría una sorpresa.

Karl y yo seguimos bebiendo y nos fumamos un canuto antes de sacar lo que habíamos traído para comer y, una vez comimos, llamamos a todos. Cortés fue al primero que llamamos y el primero en animarse a venir, le siguieron Tony, que dijo que vendría pero que tardaría porque estaba en el gimnasio, Steve, que es había dado el día libre a sí mismo por lo bien que le iba, según nos dijo, vendría enseguida, Logan y Drake estaban juntos y también se animaron, pero tenían que pasar por sus respectivas casas para coger la toalla, el bañador, bronceador, protector solar y demás cosas necesarias, por lo menos para ellos, para pasar el día en la playa dijeron. Dan estaría durmiendo porque no les contestó y, Mike y Paul, estaban currando todavía y dijeron que cuando salieran irían.

Poco a poco fueron llegando, y con ellos más provisiones de alcohol y canutos. El que más trajo fue Cortés, cómo no, con 4 botellas de ron y quince gramos de marihuana pero los demás tampoco se cortarón. Echamos a la gente nuestro al rededor de la después de que Cortés, un poco borracho ya, casi se pegara con uno de los tipos que jugaban al voleibol, afortunadamente para él, Logan lo paró y los colegas del otro hicieron lo mismo yéndose a su vez de la playa, y mientras que otros, Steve y Paul, al cuál Steve había puteado hasta hacerlo rabiar, se pegaban por encima de toallas ajenas y molestando a todo el mundo. También Paul y yo habíamos colaborado echando bastante humo. Antes de las siete Sam estaba recogiendo todo con nuestra ayuda, aunque no se si se podría llamar así a montarnos nosotros en las Barcas a pedales y luchar cómo si fuéramos piratas, tirándonos mientras nos peleábamos entre nosotros en los botes, incluido Drake que hasta ahora se había mantenido al margen de todo. Sam se cabreó muchísimo y nos dejó la señal de su cabreo a algunos en los costados, brazos y pechos, pues nos había reventado a puñetazos. Era un animal, tenía dos espaldas cómo las de Tony y, aunque pareciera un tipo pacifico, y así era, cuando se cabreaba lo mejor que podías hacer era huir a otro país. Ha Paul, Sam, incluso le hizo sangrar por la nariz de un cabezazo, y eso que diría más tarde que fue sin querer y que ni se enteró, ya que tenía un gran cabezón. Aprendida la lección seguimos la fiesta. En la playa cada vez iban apareciendo más grupos de gente que iban a hacer lo mismo que nosotros pero seguramente de una forma más tranquila. Después de que algunos de nosotros intentásemos ligar con alguna de las chicas de esos grupos y de que todas pasasen de nosotros, ya fuera por nuestra forma de hacerlo bastante desagradable, tirándoles bolas de barro de la orilla, o porque realmente no les interesábamos.

Fue entonces cuando llegó Tony y nos dijo que el gimasio le habían contado que Jim había organizado de un día para otro una fiesta junto que el hijo del dueño de un banco, que se llamaba, Kanahan Forgan. Tony nos dio todos los detalles. A la fiesta se la había llamado “Start Festival”, iba a ser en una mansión abandonada que habían rehabilitado para hacer la fiesta, e iba ha haber de todo, desde gogos a stripers bailando, hombres y mujeres, alcohol de todas las clases, por lo que se intuía que iba ha haber de todas las demás drogas, cañones de humo y juegos de luces, un Dj con toda la mansión llena de altavoces para poner a todo el mundo a bailar cómo hijos de puta. Iba a ser la fiesta del año, empezaba a las doce de la noche,y todos los universitarios y turistas jóvenes de la isla estaban invitados. Lo mejor, es que no valía nada, Jim y Kanahan, la habían montado por amor a la fiesta y, según ellos, a la isla.

Karl, Sam y yo nos miramos cómplices y, creyendo que pensaba lo mismo que ellos, le dije a todo el grupo. - Vamos, ¿no?

Aún era las nueve.


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